viernes, 25 de noviembre de 2016

SIN TECHO A LOS 70

Una pareja de jubilados vive en la calle desde hace nueve meses al no querer separarse en un albergue

 Mario Moya llevaba varias semanas observando a una pareja de jubilados que vivía a las puertas de un local comercial cerrado en una céntrica avenida de Sevilla. Pasaba y solo se atrevía a dejarles unas monedas dentro de un vaso de plástico. "No era capaz de mirarles a los ojos", asegura. Hasta hace unas semanas. "Me acerqué y les pregunté qué hacían ahí. Y Mari Carmen me contestó: ‘intentamos sobrevivir con la esperanza de poder salir de la calle algún día’. Se me cayó el mundo encima, no me podía quedar cruzado de brazos", reconoce. Mari Carmen Castillo (64 años) y Juan José Fernández (74) llevan más de nueve meses viviendo en esta esquina de la avenida Menéndez Pelayo. La alternativa que les ofrece el Ayuntamiento es alojarse en el albergue municipal, aunque tendrían que dormir separados en los módulos masculino y femenino. "Él sufre Párkinson y el año pasado le dio un ictus, no quiero que duerma solo. Además, ir al albergue es una solución temporal, con la edad que tenemos, lo que pedimos es una solución definitiva", asegura la mujer.


Juan José y Mari Carmen, quienes llevan juntos más de 14 años, sobreviven con los 360 euros de la pensión de él, quien asegura que ha trabajado toda la vida, pero que solo ha cotizado tres años. "He sido corredor de ganado, albañil, aparcacoches...", enumera Fernández con la voz entrecortada. Ella nunca estuvo dada de alta. "He trabajado limpiando casas o cuidando personas mayores", apunta Castillo, quien no puede evitar emocionarse al recordar. "Tuve que dejar mi casa porque mi marido me maltrataba, fue muy duro", señala. En estos años juntos, la pareja ha logrado vivir por temporadas en diferentes viviendas en alquiler, aunque la calle siempre era el último destino. "Tras salir del hospital por el ictus, nos fuimos a un piso en Dos Hermanas, Juan estaba muy delicado para seguir en la calle. Pagábamos 300 euros, imagínate cómo comíamos", señala la mujer. Esa fue su última vivienda

 De noviembre de 2015 al pasado febrero, informan fuentes municipales, ambos estuvieron alojados con más o menos regularidad en el albergue municipal. "Si Juan se encontraba peor íbamos, o si hacía mucho frío...", afirma Castillo. En estos momentos, el módulo de familias en el albergue está completo y solo quedan plazas en los módulos divididos por sexo. Según dichas fuentes, el Consistorio pondrá en marcha en diciembre una serie de recursos dirigidos a perfiles como los de esta pareja. "Estamos trabajando para dotar a los servicios sociales de herramientas que no teníamos para casos como este. En diciembre, a través de dos identidades, se van a ofrecer 20 viviendas de ocupación transitoria con cinco plazas cada una para dar respuesta a estas personas", aseguran dichas fuentes, que apuntan que con la campaña de frío se incrementarán un 30% las plazas. En la capital andaluza hay 444 personas sin hogar, según los datos facilitados esta semana por el Consistorio. 

Tras conocer la dura historia de la pareja, Mario Moya decidió hace tres días poner en marcha una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma change.org pidiendo un techo para ellos. La reivindicación ya suma más de 100.000 apoyos. "Se ayuda mucho a los bancos, pero a la gente bien poco. La gran acogida de las firmas demuestra que aún hay sensibilidad. Necesitamos reunir miles para que esta pareja pueda pasar las Navidades en una casa", reconoce Moya. "Creo que no están difícil ofrecerles un hogar con un alquiler social donde puedan disfrutar de sus últimos años de vida, pero parece que a la Administración le está costando", añade. "Irnos al albergue no soluciona nada, estaríamos de aquí para allá, queremos vivir a gusto, en condiciones, tener una casa donde poder cuidarlo", afirma Castillo.

Fuente : EL PAÍS 



Golpeado brutalmente por llevar un cartel de 'Franco Asesino'

"La policía me identificó y me retuvo a mí y no a los agresores" 

 

Recibió patadas y puñetazos tras mostrar un cartel que decía "Franco, asesino" en las inmediaciones de una manifestación que conmemoraba el  aniversario de la muerte del dictador. Lagarder Danciu, definido como "activista sin techo", no se imaginaba una reacción "tan salvaje", asegura a eldiario.es. Un periodista grabó la agresión. En las imágenes se identifica a los autores, pero la policía confirma que no se ha producido ninguna detención.

¿Qué pasó?

Yo estaba por allí y en un momento determinado saqué la pancarta. Se echaron sobre mí. Yo me esperaba sinceramente esta salvajada de agresión. Descargaron todo su odio sobre mí: me dijeron "puto gitano, rumano, vete a tu país" mientras me agredían. Yo me tapaba la cara con las manos, era lo que más me preocupaba. Me dieron en la parte derecha de la cabeza con algo duro, un zapato, creo. Se me inflamó también el ojo. Estaba desnortado y mareado e intenté zafarme, pero unos metros más allá, en el césped, me volvieron a golpear.

¿Cuándo intervino la policía?

Justo en ese momento, en el segundo episodio. Estaba entonces un poco más cerca del escenario, no sabía ni por dónde tirar porque estaba desorientado. Los agentes me cogieron y me apartaron de ellos. A los agresores no les dijeron nada ni vi que les identificaran. A mí me retuvieron 20 minutos y me pidieron la documentación. Tuvieron actitudes xenófobas conmigo. Me dijeron que esta era una fiesta que se hacía todos los años y que no volviera más por ahí. "Y encima eres rumano", me dijeron.

La policía se ha puesto en contacto con el activista este lunes, según informa él mismo en Twitter, para avisarle de que la agresión está siendo investigada por la Brigada de Información.


¿Quién grabó las imágenes de la agresión? 

Allí había muchos periodistas y uno de ellos lo grabó. Prefiere mantenerse en el anonimato porque tiene miedo. Es su material y después me lo pasó.

¿Has denunciado lo ocurrido?

Todavía, no. En cuanto termine de hablar con todos los periodistas esta mañana. Mi denuncia en comisaría se suma al parte de lesiones que ha enviado el hospital Clínico San Carlos, donde acudí a urgencias.

¿Qué te dijeron en urgencias?

Me atendieron y me hicieron algunas pruebas, pero me dieron por no tener tarjeta sanitaria un papel que dice que en 20 días me pasan una factura. Me preguntan por mi domicilio y yo les digo que vivo en la calle. Me siguen pidiendo una dirección para enviarme la factura. No estoy empadronado porque para estarlo necesitas una casa.

*Fuentes del hospital Clínico San Carlos aseguran a eldiario.es que el documento es un documento tipo que se entrega cuando el paciente va sin tarjeta sanitaria. "Ha sido un error", aseguran y se va a "cerrar sin consecuencias. "Cuando al día siguiente se repasan estos documentos se mete un código no facturable en estos casos. No tiene que presentar nada como pone en el documnto. No podemos cobrarle por las urgencias", explican.

¿Tienes parte de lesiones?

Sí, el médico me dijo que lo iba a remitir al juzgado y me recomendó que denunciara yo también en comisaría la agresión. Y lo haré hoy.

Fuente: eldiarioes








Caminar no es fácil y más en un mundo que lo prohibe

CAMINAR PARA APRENDER.

Pasan los meses y sigues caminando, los golpes que recibes a diario no acaban de cicatrizarse ya que vienen otros y otros y tratas en este espacio que surge en el presente seguir caminado sin destino y acompañado de aquella imagen de la infancia que es la razón de toda la lucha. A cada paso te aferras al nogal que abrazaste en la infancia, el árbol que desnudaste de sus frutos, el nogal del patio de la escuela que te enseño que sin igualdad no hay futuro. 

Caminando la ruta de la pobreza he conocido tantas historias que me pregunto cada noche, ¿qué hago con tantas historias? La mochila pegada a mis espaldas de día me pesa y de noche me sirve de cojín. El mundo que va muy de prisa no entiende el ritmo del caminante sin destino, todo sucede con tanta rapidez alrededor y no lo comprendo cuando la vida es un único viaje sin retorno. 

A diario me cruzo con rostros apagados que han olvidado sonreír, con gente que ha dejado de trabajar el campo para abrazar la superficialidad. Camino y me formulo muchas preguntas sin respuestas, miro alrededor y cuando la desesperación se aferra de mi ser me refugio en los parques de las junglas del asfalto para abrazar los arboles, sentir su perfume que tanto me gusta. Me emborracho en estos parques que tanto me cuesta dejar y vuelvo cargado de energías en busca de las historias en las ciudades del asfalto que mutilan al ser humano.

Los encuentros en esta vida sirven para aprender y sin embargo nos encontramos y nada sucede, nada se transforma alrededor dado que los miedos instalados en estas ciudades del asfalto reinan y dirigen tantas historias que han dejado de latir. Veo a diario tantos cadáveres en vida que han muerto antes de tiempo, gente que camina rutas programadas.

Seguiré caminando para aprender y superar miedos, quiero vivir mi propia vida con libertad, experimentar y tomar consciencia de la totalidad que hace posible que la vida siga floreciendo.

Caminante no tengas miedo, camina con firmeza, la vida es única, nadie debe imponerse, camina.  



viernes, 11 de noviembre de 2016

RUEDA DE PRENSA EN VIGO, DENUNCIANDO LA POBREZA

Llevarán al alcalde de Vigo a los tribunales por un presunto delito de omisión del deber de socorro



En rueda de prensa el activista Lagarder Danciu, acompañado por Juan, un sin techo, exigió, en nombre de diferentes colectivos, la dimisión de la concejal Isaura Abelairas, responsable del Área de Política Social, tras exponer unos datos dramáticos: 87 fallecidos sin techo en la ciudad, donde cifra en unas 400 las personas que duermen en la calle, a las que el Ayuntamiento gobernado por el socialista Abel Caballero ofrece un albergue con una capacidad de 38 plazas, en las que solo pueden estar diez días de forma continua. Una empresa privada gestiona el albergue, para el que se destinan 700.000 € al año: se hace negocio con la pobreza. 

Dentro de la Ruta de la Pobreza, que le ha llevado por diferentes ciudades del estado a documentar de primera mano la situación de los sin techo en España, Lagarder ha visitado Vigo. En rueda de prensa dio a conocer el proyecto que está llevando a cabo, en colaboración con diferentes universidades.

La ausencia de datos fiables es lo que ha impulsado su acción, puesto que hasta ahora la exclusión social se manejaba por parte de organismos oficiales que tiraban de datos de ONGs y empresas que a su vez son beneficiadas por esos mismos organismos con cuantiosas subvenciones. No importa si en el ayuntamiento de turno gobierna el PP, el PSOE o incluso si es una de las “ciudades del cambio”. El sistema continúa haciendo un suculento negocio por la vía de privatizar la gestión de los servicios sociales a empresas u ONGs que a cambio reciben subvenciones multimillonarias, que destinan principalmente a la obtención de beneficios y al pago de nóminas. Del dinero público entregado los beneficiarios reales reciben una enésima parte, y son muy pocos a los que alcanza la protección social.

Dentro de la ciudad de Vigo el esquema se repite, con un albergue municipal en el que la empresa beneficiada es Grupo 5 que recibe 700.000 € para atender a 38 personas, casi tantas como trabajadores sociales tiene. En el edificio del albergue se ha infrautilizado una planta entera que, pudiendo ser destinada a dar techo a los sin hogar, acoge las esculturas de las procesiones de semana santa. Además hay un límite de 10 días de estancia. Se ha dado el caso de que, habiendo camas vacías en el albergue, hubo personas echadas a la calle, como pudo ver con sus propios ojos Juan, usuario del albergue. En ocasiones se ha llamado a la policía local para desalojar a los sin techo del albergue.



Fuera del albergue municipal, con 38 plazas, sólo hay dos lugares donde encontrar un techo. Uno, el de los Hermanos Misionerios, con capacidad para 32 personas, que no admite mujeres y en el que para comer hay que pagar 2 € ya que carece de servicio de comedor. Recibe del Ayuntamiento de Vigo 57.000 € de subvención.

El otro es una iniciativa solidaria de un jubilado que, ante la situación dramática de Vigo decidió alquilar con sus propios medios una parcela en el Calvario donde viven unas 50 o 60 personas, en las condiciones que puede ofrecer Suso, el jubilado al que ninguna institución da subvención alguna para atender a los sin techo. Es decir, habilita lo que puede y como puede para ampliar la capacidad, pero al menos el trato es mucho más humano, y con ello ha evitado la muerte de varias personas, con Dignidad.

La situación se repite a nivel autonómico. La Xunta de Galicia, que tiene una consejería dedicada a Política Social, de la que es titular José Manuel Rey Varela, no tiene viviendas de protección oficial para ofrecer a los sin techo en toda la CCAA. En realidad, tampoco conoce cuantos tiene, ya que no ha emprendido ningún esfuerzo por documentar los sin techo de Galica que se estiman en varios miles. El presupuesto del que goza Rey Varela asciende en 2016 a 618.5 millones de euros. Otra institución muy criticada durante la rueda de prensa por Lagarder han sido los llamados Defensores del Pueblo, nombrados por los diferentes parlamentos autonómicos y que no hacen absolutamente nada por ese pueblo al que también deberían representar: los sin techo. En el caso de Galicia, la Valedora do Pobo, Milagros Otero, dispone de un presupuesto en 2016 de 1.684.725 €, que como ha señalado el activista va destinado, al igual que ocurre en el resto del estado, a pagar su sueldo, los de sus adjuntos y el personal a su servicio prácticamente en su totalidad.

En el caso del estado, que también tiene un ministerio con competencias en materia de Asuntos Sociales, para 2016 el presupuesto del que han dispuesto los sucesivos ministros que a lo largo del año han pasdo por él (Alfonso Alonso, Fátima Báñez y ahora Dolors Monserrat) supera los 2 mil millones: 2.023 millones de €, de los que casi 1.500 millones van destinados a la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad.

A esas cifras multimillonarias hay que añadir unos cuantos miles de millones más de los que disponen la Unión Europea, las Diputaciones Provinciales y una amplia variedad de instituciones públicas con un denominador común: se dedican supuestamente a los servicios sociales y son financiadas con dinero público. Que, como bien explicó Lagarder, va destinado, en lo que a la pobreza se refiere, a la gestión indirecta en casi todas ellas a través de fundaciones, ONGs, y empresas que buscan, como es lógico, obtener beneficios.

A lo largo de su extensa intervención también salieron a relucir casos como lo que sucede en el abandonado asilo del Barrio del Cura, la represión policial contra los sin techo, a los que identifican y presionan para que abandonen ya sea el albergue o lugares donde su presencia estorba la imagen de una ciudad “hermosa” que vende Abel Caballero, quien no tiene empacho en hacerse fotos en el comedor municipal en un día en el que no se sirvieron comidas.

Contra el regidor de Vigo y su concejal Isaura Abelairas fueron muchas de las críticas que cristalizarán en una denuncia ante los tribunales por la vía penal, al igual que han hecho en otros municipios de España.

A lo largo de la rueda de prensa el activista agradeció a Os Ninguéns, la R.S.P. de Vigo que le ayudaran a documentar la situación de Vigo, citándolos como ejemplo de la vía a seguir, al igual que a los que considera héroes de la ciudad porque salvan vidas, como Jaime, conductor de ambulancias que reparte mantas a los sin techo; Suso que montó el albergue Dignidad; Paco de Al Margen; el trabajador social Antón Bouzas... Con ellos y otros colectivos sociales, como As Voces da Rúa, se lleva una imagen de Vigo que el día anterior le echó en la cara al alcalde.

En las cifras manejadas de personas sin techo (las alrededor de 400 personas en Vigo y los varios miles de Galicia), no están incluidas las personas que malviven en infraviviendas o en casas oKupas, que serían muchísimos miles más. Se centró en ellas, en las que duermen en la calle, edificios en ruinas, en el monte, entre ratas y otros animales porque son las más desfavorecidas y son las que van camino a aumentar esa cifra de 87 muertes que justificarían el presunto delito de omisión del deber de socorro por parte de Abel Caballero. En lugar de presionar a la policía local para que les haga la vida aún más difícil, debería formarla para ayudarles.

A los medios de comunicación les ha pedido que dén a conocer estos datos silenciados en las portadas de las principales cabeceras. Su labor de difusión ayudaría a hacer efectiva esa conexión que desde abajo tiene que llegar a arriba, a los que tienen los recursos para erradicar la pobreza, porque disponen de recursos públicos más que suficientes. Fuente: Tercera Información 






martes, 1 de noviembre de 2016

¿A dónde va la humanidad?



Llevo meses caminando rutas desconocidas y a diario me encuentro con muchas historias que permanecen en la oscuridad, historias que a pesar de todo siguen latiendo. Descubres que muchas de estas historias no pueden volar, están enjauladas por unos pocos que en nuestra sociedad van vestidos de dioses y santos.

Las miradas de estas personas que el frío empequeñece te miran fijamente a los ojos y en un proceso de anticipación se deciden a contarte los pocos sueños que quedan guardados entre los cartones humedecidos. Me miran tan profundamente sin intercambiar palabras y entiendo y siento que siendo el más joven de la calle debo seguir luchando para que los pocos sueños que quedan atrapados puedan volar algún día.

La calle me ha brindado la oportunidad de abrazar lo esencial y cueste lo que cueste seguiré esta ruta tan desconocida, es importante que el mundo cobre la esperanza en un mundo mejor en tiempos oscuros donde vence la inmoralidad.


¿A dónde va la humanidad?