jueves, 29 de diciembre de 2016

Fallece otra persona sin hogar en la avenida Ramón de Carranza de Cádiz

  • Unos viandantes dieron el aviso. El hombre, de unos 50 años, habría muerto por causas naturales, a falta de que se le practique la auptosia

La calle se cobró ayer una nueva víctima. Otra muesca en el revólver de la soledad, otro fracaso de una sociedad que se autodenomina civilizada pero cuyos miembros pasan durante horas junto a un cadáver cubierto por una manta como si fuera invisible. Muerte natural, dictaminó en principio el forense, a expensas de que se le realice la autopsia. Muerte natural no parece. Porque lo natural debiera ser despedirse de este mundo rodeado de tu familia, o al menos en la intimidad que dan cuatro paredes, y no en la avenida Ramón de Carranza, frente a un muelle donde cada año llegan decenas de miles de cruceristas del primer mundo, de ese que sigue impasible ante el drama más cotidiano, el de la muerte de una persona sin hogar, sin familia, sin amigos, alguien a quien ni siquiera los que también viven en la calle son capaces de darle un nombre, alguien que tuvo unos padres, una familia, quizá pareja e hijos, pero que cada vez que lanzó la moneda al aire vio como salía cruz.


Ayer otro soldado desconocido de la calle murió solo en el portal de una sucursal bancaria donde solía pernoctar mientras decenas de pies apretaban el paso por si acaso la enfermedad de los desheredados fuera contagiosa, para evitar el hedor a podredumbre, a miseria, a derrota. Todos somos culpables. Del primero al último. Porque una cosa es elegir voluntariamente una vida bohemia en la misma calle y otra muy distinta que no se les preste la ayuda suficiente para subsistir.

La Policía informó que se trata de una persona de unos 50 años de edad de quien aún no se conoce su identidad. Agentes de la científica acudieron con rapidez para tomar huellas del lugar, si bien a primera hora de la tarde fuentes policiales aseguraron que se descartaba la participación de terceros en el fallecimiento.Fueron unos viandantes quienes alertaron de que algo podría ocurrir debajo de ese bulto inmóvil tapado con una manta desde hacía horas. O que algo no pasaba. Que un corazón se había parado. Quizá por enfermedad. Quizá por pena. Por puro cansancio de una vida que no es vida.

Y sólo en ese momento el invisible se hace visible a los ojos de sus semejantes. ¿Quién es? ¿Lo conocéis?, preguntamos a otros compañeros de fatigas, inquilinos eternos de los bancos de la plaza de las Tortugas. Pero ni siquiera ellos son capaces de ubicarlo. Estaba a veces en ese portal callejero pero no era un asiduo. Lo mismo cuentan voluntarios de Calor en la Noche o de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, cuyos voluntarios se acercaron rápidamente al lugar de los hechos para comprobar si se trataba de uno de los suyos. Pero no lo es. Es doblemente invisible. Hasta que se acordona con cinta policial la triste escena.

Entonces las miradas sí que se posan en el bulto del suelo. En la manta que le sirve de mortaja. Es un hombre. Un hombre muerto. Y entonces la curiosidad se abre paso. ¿Estaría enfermo? ¿Habrá sido una muerte natural? ¿Una pelea, un golpe, el hambre, el frío, la pena? ¿Quién? ¿Qué? Y surgen interrogantes, y uno se pregunta cómo se puede llegar a esa situación. Pero no es tan complicado. Basta con perder un trabajo, un desahucio, una mala racha que se prolonga para dar con los huesos en la calle. Suelen ser varones, el 90%. En la provincia, el perfil es de un hombre de entre 35 y 55 años. En la capital se calcula que unas 125 personas viven en la calle. La ciudad cuenta con un centro de acogida, una especie de albergue municipal, pero este tiene apenas 20 plazas, de las que 8 son para alojados de larga duración y 12 para pernoctar entre tres y siete días. Además, Caballeros Hospitalarios ofrece la posibilidad de dormir en su centro a 15 personas, que pueden estar allí hasta un mes. Cruz Roja presta su ayuda tres días a la semana con su unidad móvil, y Calor en la Noche les da un desayuno en su local y se encarga de ayudar con ropa y alimentos a los sin techo.

A pesar de todo esto, ayer Cádiz asistió a una nueva muerte en la calle, a una nueva derrota de la sociedad ante la crueldad de un mundo donde sigue mandando el dinero.

Fuente: DIARIO DE CÁDIZ 


miércoles, 28 de diciembre de 2016

LA VOZ DE LAGARDER ES LA VOZ DE LA CALLE

#LaVozDeLagarder es un proyecto de denuncia que surge gracias a un grupo de periodistas en precario de Madrid que el sistema actual le ha robado su sueño de ejercer la profesión. El proyecto consiste en denunciar los abusos de los poderosos contra el pueblo empobrecido a traves del activismo de calle que tiene su base en la espontaneidad para romper con lo programado. La voz de Lagarder es un canal de información tan necesario en tiempos de engaño y violencia. 

PROGRAMAS DE LA VOZ DE LAGARDER:











 







sábado, 24 de diciembre de 2016

LA RUTA DE LA POBREZA POR ESPAÑA ES DEL PUEBLO

"Viajar Sin Destino Para Visibilizar Historias Es Bello" 

Comenzaba el año 2016 en el Campamento Dignidad de Sevilla donde llevaba meses luchando con las personas sin techo y a la falta de soluciones por parte del ayuntamiento de Sevilla decidimos abandonar el campamento dignidad y okupar viviendas de los bancos. Para mi dejar la lucha fue muy duro, sentía rabia e impotencia ya que las personas sin techo llevaban meses en la calle luchando y los políticos sevillanos no nos hacían caso, es más mandaban cada madrugada a un grupo de policías que nos despertaba entre insultos para que los turistas de la ciudad no viesen la pobreza de la ciudad. 

Es así como decido junto a un grupo de universitarios de la Universidad de Salamanca iniciar la Ruta de la Pobreza por distintas ciudades del país para visibilizar y denunciar la pobreza severa que sufren millones de personas en nuestro país. El inicio fue duro pero la sensación de libertad que sentía me mantenía firme en este camino sin destino. 

Cada día que pasaba me hacía más fuerte y poco a poco me instalo en la calle lugar donde las historias transcurren con naturalidad. En la ruta vi como se ninguneaba a nuestros mayores en los comedores de la iglesia, conocí historias de mujeres violadas en la calle como jóvenes sin trabajo que han dejado de soñar.

En la ruta empiezo a entender que la pobreza es planificada y organizada por las ONGs, empresas disfrazadas de solidaridad que se lucran con la pobreza y maltratan a miles de personas que se han quedado sin casa y trabajo. Un asistencialismo paternalista que tiene como finalizad la cronificación e institucionalización de la pobreza. 

Vi alcaldes de todos los colores políticos maltratando a las personas sin techo y cada vez que presenciaba imágenes duras de la calle me hacía más fuerte. Las duras historias de la calle que almacenaba me han servido para canalizar la protesta y vomitar toda la rabia hacía los responsables políticos y las empresas religiosas que matan a diario a las personas sin techo. 

La Ruta de la Pobreza en 2016 ha viajado por 17 ciudades de España y en cada ciudad he sido apoyado por los movimientos sociales que trabajan a diario contra las injusticias. Gracias a los movimientos sociales de España fue posible esta ruta, sin su solidaridad esto no hubiese sido posible. Es más en la ruta se nos han unido gente precaria que ha decidido abrir la puerta de sus casas para reponer fuerzas y quiero agradecer al pueblo su inmensa generosidad para hacer visible las historias de miles de personas de España.

En 2017 seguiremos con la ruta de la pobreza, la situación de emergencia social requiere de muchos activistas a pie de calle para denunciar las políticas neoliberales del gobierno que obedece a las ordenes de la oligarquía financiera y no del pueblo. 

Hoy más que nunca se necesita fortalecer a los movimientos sociales para defender los pocos derechos que quedan. Tenemos que ser responsables y unir fuerzas para evitar que haya más gente sin casa y trabajo. 

Gracias a todos y todas por el apoyo incondicional en 2016, seguiremos en la lucha.