miércoles, 27 de junio de 2018

SALVEMOS ARRAIJANAL

Un grupo de ecologistas de todas las edades deciden acampar en el paraje natural de Arraijanal, la última playa virgen de Málaga para denunciar la destrucción de este lugar único con dunas húmedas y gran diversidad vegetal que acoge muchas especies típicas de zona de costa mediterránea. El espacio tiene un alto valor ornitológico, al ser uno de los puntos de escala y descanso más importantes en la provincia de Málaga y en la región para las aves migratorias costeras. 

En este paraje natural la Junta de Andalucía y el ayuntamiento de Málaga han decidido construir 10 terrenos de fútbol para el uso privado del magnate Jeque Al Thani. Las administraciones arriba señaladas han cedido este espacio natural sin un estudio previo de impacto medioambiental. A escasos 500 metros en dirección al río Guadalhorce nos encontramos un paraje y reserva natural reconocido por la Unión Europea que se ha habilitado como observatorio de fauna con fondos europeos. ¿Por qué no se ha hecho lo mismo con Arraijanal?

Los ecologistas llevan más de 100 días resistiendo en un intento de parar las obras y en este tiempo muchos de los ecologistas han sido multados, detenidos, vejados de forma constante por la policía local de Málaga. En el paraje las obras avanzan muy deprisa, cargándose todo el ecosistema de este lugar único que quedaba virgen en la costa malagueña.

En el lugar donde quieren construir 10 terrenos de fútbol se han descubierto restos arqueológicos fenicios de 2.500 a.c. y un acuífero de agua dulce que han llenado de cemento. 

Las denuncias constantes de los ecologistas a la fiscalia, SEPRONA y organismos en defensa del medioambiente no han dado los resultados esperados. Se han parado las obras puntualmente y los activistas del campamento Arraijanal denuncian prevaricación del ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía que han regalado el paraje natural de Arraijanal a un magnate para sus negocios privados. 

Estamos ante un caso de corrupción urbanística donde de nuevo se imponen los intereses de unos pocos por encima de los intereses de una gran mayoría. "Luchamos de forma pacífica y no entendemos la represión policial", afirma una ecologista represaliada que participa en el campamento Arraijanal desde el principio. 

Salvar Arraijanal parece una utopía y los ecologistas acampados no se rinden y saben que resistir y luchar es la única manera de parar las obras en Arraijanal. Es importante que todas las personas se hagan eco del desastre ecológico en Arraijanal y apoyen la lucha. Salvar Arraijanal es vital para la fauna y flora de la zona y todos tenemos la obligación moral de apoyar la lucha de los ecologistas de Arraijanal.