domingo, 24 de septiembre de 2017

Un 'sintecho' británico camina durante dos días para devolver un bolso que encontró en la calle


El pasado fin de semana, la joven de 20 años Daisy Owen perdió su bolso a la salida de un pub de Bolton (Inglaterra). Dentro llevaba su iPhone de 300 libras, las llaves de su casa y dinero en efectivo. Un sintecho que paseaba por la zona lo encontró. Su nombre era Paul Calderbank y en ese mismo instante se propuso devolver el objeto extraviado a su dueña en mano.

Pese a que por las noches duerme en albergues y por el día malvive de la calderilla que por caridad le dan algunos viandantes, Calderbank no dudó ni por un instante quedarse con el dinero. Por ello, pasó dos días andando por las calles de Bolton y preguntando a los vecinos de la zona hasta que dio con Owen.

Al principio pensó que no la encontraría, hasta que se topó con dos amigas de la propietaria que comunicaron a ésta, a través de Facebook, la buena noticia. Lo siguiente fue concretar una cita, eso sí, con una serie de preguntas previas para asegurarse de que la persona a la que habían localizado era la legítima dueña.

Como era consciente de que un sintecho con un bolso en la mano podía levantar sospechas o desconfianzas, redactó previamente una carta de tres páginas explicando los motivos que le estaban llevando a caminar en busca de la joven. "No quería que pudieran confundir mis intenciones", reconoció posteriormente ante los medios de comunicación, que han tildado a este buen samaritano de un "ciudadano ejemplar". Ya con el bolso entre sus manos, Owen habló con el diario The Sun para expresar lo "increíble que fue que se tomara tantas molestas para darle el bolso personalmente" ya que, ella en su situación, "hubiese vendido el contenido de la bolsa por necesidad". La joven quedó tan agradecida que ahora quiere devolverle el favor. Para ello ha abierto una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe para intentar lograr que salga de las calles. Ya han conseguido 2.035 de las 2.700 libras que se marcó como objetivo.


sábado, 9 de septiembre de 2017

Campos de concentración en Madrid

Los campos de concentración siguen siendo presentes en nuestros barrios en pleno siglo XXI. La capital de España cuenta con cientos de campamentos chabolistas donde niños, mujeres y ancianos se ven obligados a convivir con las ratas entre las montañas de basura.

Todo sucede en pleno centro de Madrid y sin embargo la administración no hace nada para rescatar a miles de personas que se ven obligadas a vivir en estas condiciones indignas.

El negocio con la pobreza en tiempos neoliberales es una realidad. Los servicios sociales privatizados en manos de empresas se han convertido en un negocio muy rentable para los multimillonarios como Florentino Pérez que controla los recursos sociales en España.

En los campos de concentración del siglo XXI la gente pasa hambre y sufre a diario la criminalización institucional del estado opresor que odia al pobre.