viernes, 8 de enero de 2016

LA CALLE, LA MEJOR UNIVERSIDAD DEL MUNDO

114 DÍAS PARA OBSERVAR EL MUNDO

Hoy por fin encuentro tiempo y espacio para dejar algunas reflexiones sobre la experiencia en la calle junto a los sin techo de la ciudad de Sevilla. 

Inicialmente fue duro ya que no comprendía la dimensión de la problemática y tampoco los sin techo me permitían entrar en su mundo, asustados debido a la represión de la propia sociedad. Todo se produjo de forma natural como debe ser.

En la calle descubres otro mundo, descubres gente dispuesta a compartir su bocata, descubres la autentica felicidad, descubres el sentido del sufrimiento, aprendes de forma constante y respiras al mismo ritmo que la naturaleza.

En la calle tienes tiempo para observar, reflexionar y ordenar ideas, no compites con los demás para ejercer tus necesidades y me parece extraordinario ya que la competitividad destruye lo esencial en el humano.

Venimos a la vida a vivir y los indigentes han elegido vivir y como la sociedad mayoritaria no comprende su filosofía los castiga, ignora, perdiendo la oportunidad de aprender. Ellos, los sin techo me enseñaron a pescar, me enseñaron mirar las estrellas y comprender que la vida no era otra cosa que un cúmulo de historias.

En la calle reside la verdadera inteligencia y descubro que allí abajo hay valores y principio, un lenguaje distinto del mundo que deje y esto me mantiene despierto e interesado por la vida.

Quiero morir satisfecho de haber elegido vivir consciente de que la vida se vive una sola vez. 




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