lunes, 1 de junio de 2015

EL GITANO RUMANO QUE HUMANIZA AL JUEZ

UN GESTO VALE MÁS QUE MIL PALABRAS 


En mi labor diaria como intérprete de idiomas soy testigo de momentos únicos, instantes que muchas veces me gustaría transformar en palabras para compartirlos con los demás y siempre se pierde algo del instante, de los gestos de los protagonistas que veo a diario...

Hoy un ciudadano sin destino ha sido requerido por la justicia para responder por unos hechos que ocurrieron hace más de 5 años y como no tiene hogar las citaciones que enviaba el juez nunca le llegaban. En 5 años nuestro protagonista ha viajado mucho por Andalucía pero ayer el viaje le ha sido negado ya que la justicia ha ordenado su busca y captura.

Marius a pesar de ser esposado sentía en sus venas la libertad, sonreía al mismo tiempo que vivía con intensidad el presente, la totalidad del AHORA. Sentía algo especial ya que el ignoraba las leyes humanas, era feliz en definitiva y tenía el poder de trasmitirlo a través de los gestos. 

En el juicio, le preguntan por los hechos y con una sinceridad tremenda contesta al juez que es la "maldita pobreza" que nadie atiende, entonaba sus argumentos para transmitir al máximo el cúmulo de emociones que el protagonista sentía y consigue captar la atención del juez y lograr en definitiva la emptia que muchas veces nos tiene alejados uno de los otros. Cuando hablaba miraba al juez y la ventana entre abierta de la sala...

Su sinceridad y coherencia hace que el juez archive la causa iniciada hace 5 años por la Policía Local de Sevilla. Todos estos años la justicia ha ignorado que Marius no tiene un domicilio, trabajo, familia...enviaban cartas ignorando el viaje sin destino.

Fuera del juicio, nos sentamos y charlamos sobre sus aventuras y me enseña vivir en el presente, dice que la humanidad se agarra al pasado y futuro debido a los miedos que los tienen prisioneros de sus vidas, define la vida como una gota que transcurre entre un minuto y otro, tiempo que pasa sin darnos cuenta, afirma que la vida no tiene dioses como tampoco reinos que cada persona somos los dioses de nuestras propias vidas.  

Dice también que la vida se mide en experiencias y un hombre sin experiencias lo define como un ser muerto en vida.

Me habla pausado, siempre mirando y olfateando el entorno para sentir la totalidad que le inspira, Marius no ha ido a la universidad institucional pero sí se ha titulado en la calle, viaje que le ha enseñado afrontar los obstáculos que nos brinda la vida.

Gracias Marius, buen viaje!!!






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